miércoles, 20 de junio de 2012

El primer cruce contra la economía verde


Por un lado, un desarrollo solidario, en defensa de los bienes comunes y de la Madre Tierra; por otro, la economía verde y sus nefastas consecuencias para los sectores populares. En una mesa en la Cumbre de los Pueblos movimientos y organizaciones sociales muestran su posición de rechazo al capitalismo.Movimientos y organizaciones sociales, que ya padecen los efectos de la economía verde, expusieron las contradicciones de esta propuesta del capital e interpelaron fuertemente desde sus vivencias y luchas a los expositores del “desarrollo sostenible”, representandos por Achim Steiner, director ejecutivo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUM), durante la mesa “Diálogos sobre economía verde”. Realizada en el marco de la Cumbre de los Pueblos, esta contó con la participación, por el campo popular, de Edwin Vázquez, dirigente de la Coordinación de Organizaciones Indígenas de Baja Amazonia (COIBA); Juan Herrera, de Argentina, integrante de la red Vía Campesina, además del ex-embajador de Bolivia en la ONU, Pablo Solón y el intelectual canadiense Pat Mooney.
Entre los puntos subrayados por los movimientos, que cuentan como consecuencias de la economía verde los desalojos, las muertes por agrotóxicos, los asesinatos por especulación de tierras, están las propuestas de desarrollar una economía local para la producción y consumo de alimentos, evitando así el desperdicio de alimentos y el derroche de energía en el proceso de exportación global; la promoción de la vuelta de familias al campo; la creación de un fondo para desarrollar tecnologías de bajo impacto a la naturaleza a partir de un impuesto sobre las transacciones internacionales; la necesidad de plantear una distribución de la riqueza y de la tierra para poder erradicar verdaderamente la pobreza, y el necesario aprendizaje de las comunidades, verdaderas expertas en el desarrollos sustentable.
Edwin Vazquez exigió que los Estados nacionales reconozcan jurídicamente a los pueblos originarios, afirmando que la economía verde para estos no es el dólar sino sus territorios, mientras Juan Herrera advirtió que la Vía Campesina seguirá resistiendo en la calle a la economía verde, buscando la unidad de la clase campesina y de los distintos movimientos sociales, frente a la economía verde cuyo postulado fundamental es el capitalismo.
Larissa Packer, de la Carta de Belem, mencionó los ejemplos fallidos del accionar a partir de la economía verde en los países de Australia, Estados Unidos, Uganda y refirió el perverso método de sacar mayor renta que tiene este sistema económico mundial: “mientas más escaso es un recurso, más aumenta su valor económico; mientras más degradado se encuentra el medio ambiente, más gana la economía verde.
Los movimientos coincidieron en que los mercados no fueron capaces de resolver los problemas mundiales, que no es posible hablar de cambio económico si no son discutidos los modos de producción y consumo, pasando por la promática del empleo, que debe significar trabajo decente, igualdad entre hombre y mujer, seguridad en las condiciones de trabajo, un sistema de protección social.
Las contradicciones de la economía verde
Un título aparte mereció la intervención de Pablo Solón que desmoró el discurso de Achim Steiner con ejemplos concretos. Uno de ellos fue el cuestionamiento a usar el caso de Australia como modelo a seguir, pues su “desarrollo” se ha basado en la privatización de las fuentes de agua y dijo que la explotación del recurso hídrico significa la aniquilación de poblaciones, un saqueo comparable a la situación de Palestina ante las intervenciones israelíes.
Preguntó por qué no se toma el caso de Bolivia como paradigma, ya que este país estatizó las concesiones de agua potable para garantizar que toda la población tuviese acceso a este derecho universal.
Basándose en el programa de Reducción de Emisiones de la Desforestación y la Degradación de Bosques (REDD) explicó la función que cumpliría la economía verde: asignarle un valor económico a la naturaleza para que sea cotizada en los mercados, así las empresas transnacionales tienen la posibilidad de seguir contaminando el planeta y comprando bonos de carbono.
Dio cifras contundentes: el 1% de la población mundial controla el 50% de los recursos del planeta Tierra, con lo que ratificó las exposiciones anteriores que apuntaron la ausencia de equilibrio y armonía con la naturaleza, si no se plantea una real redistribución de la riqueza. Además resaltó que mientras se sigan destinando 1,5 trillones de dólares a guerras no habrá posibilidades de aspirar a un cambio.
“¿Qué es lo que nosotros queremos? Nosotros queremos un cambio de verdad, no más capitalismo. Nosotros creemos que el capitalismo nos ha llevado a esta situación, a la naturaleza y a los seres humanos. ¿Y qué significa otro modelo? Hablemos con claridad, un modelo que no esté basado en la ganancia, eso es la economía verde. Que no tenga como centro la máxima obtención de la ganancia posible. Nosotros queremos un modelo donde no se tome a la naturaleza como un simple objeto, como algo que nosotros podemos hacer lo queremos con ella, sin tener en cuenta que la naturaleza es nuestro hogar, es parte de nuestra vida, que nosotros somos parte de la naturaleza. El gran error que ha cometido la humanidad es creerse dueña de la naturaleza.”

1 comentario:

Enrique dijo...

interesante noticias sobre economia verde, y analisis sobre su actual hundimiento, me fue de mucha utilidad ya que inicio mis estudios en esta area, tambien comparto con ustedes la noticia sobre Emilio Botín http://www.expansion.com/2010/08/24/empresas/banca/1282662274.html?a=b8ba0230becdb5224c289ea609fc4bf4&t=1299837923
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