Brasilia, EFE 20 de abril de 2010
El Tribunal Regional Federal revocó así la decisión de un juez del estado amazónico de Pará, donde será construida la represa, que la noche de este lunes había ordenado cancelar tanto la licitación como la licencia ambiental que el Gobierno otorgó para las obras.
La semana pasada, los críticos de la represa habían logrado que un juez impidiera la subasta prevista para hoy, pero otro tribunal atendió una demanda de abogados del Gobierno y liberó el acto. Sin embargo, éste fue suspendido otra vez tras el fallo dictado el lunes, el cual ha sido revocado nuevamente.
No obstante, los críticos del proyecto mantienen otras acciones en diversos tribunales, por lo que la licitación podría volver a ser cancelada hoy mismo por una orden judicial.
En medio de esa batalla jurídica, la sede de la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel) en Brasilia, donde se debería celebrar la licitación, amaneció hoy con cientos de manifestantes opuestos al proyecto ante sus puertas, a las que además se han encadenado cinco activistas del grupo ecologista Greenpeace.
Los manifestantes sostienen que la hidroeléctrica de Belo Monte provocará un irreparable daño medioambiental y obligará a desplazar a unos 50.000 indios y campesinos del municipio de Altamira, del estado de Pará, donde será construida sobre el curso del río Xingú.
Los activistas de Greenpeace, que llegaron durante la madrugada a la sede de la Aneel, llevaron un camión cargado con excrementos de caballo, cuyo contenido vaciaron frente al organismo oficial.
También colgaron carteles con duras frases, como una que dice "Belo Monte de mierda", y difundieron un comunicado en el que se condena "la herencia maldita" que el Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva "dejará para Brasil al insistir en esa obra".
La acción de Greenpeace ha sido respaldada por cientos de indios y campesinos de Altamira, que también se concentraron en Brasilia, mientras las protestas se multiplicaban en el estado de Pará y otras zonas del país.
Para la subasta están inscritos dos consorcios, integrados ambos por empresas privadas y públicas.
La represa de Belo Monte costará 10.600 millones de dólares, generará en promedio 4.571 megavatios por hora y alcanzará un tope de 11.233 megavatios en las épocas de máxima crecida del río Xingú, uno de los principales afluentes del Amazonas.
Su construcción obligará a inundar cerca de 500 kilómetros de selva amazónica, lo que ha generado duras críticas entre grupos ecologistas, indios, campesinos y hasta entre famosos de Hollywood, como el cineasta canadiense James Cameron, director de "Avatar".
La semana pasada, Cameron, junto a Sigourney Weaver y Joel David Moore, dos de los protagonistas del taquillero filme, se unió a una protesta realizada por indios y campesinos ante la sede de la Aneel.
Según el Gobierno, Belo Monte es una obra clave para asegurar el suministro de energía eléctrica y atender la demanda creciente en la próxima década.
No obstante, hasta el propio Ministerio Público ha denunciado el proyecto ante la Justicia, por considerar que "pondrá en riesgo la subsistencia" de miles de indios y campesinos, y porque viola normas constitucionales que regulan el desarrollo en tierras indígenas.http://www.que.es/
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